Self ...

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domingo, 5 de abril de 2009

EL DESIERTO


DEL DESIERTO CAUSADO POR LAS MISERIAS INNATAS Y HASTA ADQUIRIDAS

Sucede que en el camino hacia la patria verdadera y las implicancias y promesas que ello consigo trae en el plano humano (la promesa es la vida en abundacia), de repente me he encontrado en el desierto. Este lugar, espacio o estado del alma de aquel que lucha desde un estado, por no decir otra cosa, ¡terrible!. Es el encuentro cara a cara con la verdad de las miserias personales, la decepcion de las debilidades propias y de como el peso de estas miserias parecen hacer cada vez mas dificil el camino y sendero. Debilidades, imperfecciones y miserias que no han sido optativas, sino mas bien presentes desde el nacimiento. No borradas por la gracia santificante del bautismo sacramental, más bien atizadas por la concupiscencia y que nos conducen a una manía o vicio por el pecado. Debilidades y miserias que ya han sido tratadas de expulsar, vencer y que incluso aun ya han sido solicito al cielo que las borre. En este estado de desierto entonces se hace palpable que a pesar de la solicitud de la ayuda divina, ¡estos estorbos aún estan ahí! Por ende a todo lo anterior, se experimenta una frustracion, alejamiento, apatía y hasta cierto punto decepción de las promesas recibidas algún día de parte de Dios. Este caminar con este peso constituye lo que es la cruz. Sin embargo, a pesar de la frustracion que se vive en la vida espiritual, frustración que afecta todas las areas de la vida, no sugiere entonces la derrota definitiva, sino más bien la purificacion misma del ser a fin de renovar a fuerza de golpe y sufrimiento al mismo ser. Así como San Pablo en su lucha contra la espina, luego de hacer solicita al cielo la resolución de la angustia y el dolor ... recibimos entonces la misma respuesta: solo SU AMOR entonces nos basta. Resuenan tambien y traen mucha paz las palabras dichas en el evangelio: "Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis el reposo para vuestras almas, porque suave es mi yugo y ligero el peso mío” (Mt 11, 28-30).

La esperanza y la confianza no mueren, los sufrimientos estaran siempre ahi, pero la vida en abundancia entonces se nos viene con dolor. No hay pascua sin cuaresma, y aun en pascua se puede saborear todavia la cuaresma. El desierto pasara, y vendran otros, con diferentes raices a este, pero tambien hay felicidad y prosperidad espiritual y material en el camino.

"Caminan todos juntos hacia un destino incierto. ¿Que alimenta su esperanza?. Todos un dia recibieron una promesa personal, ¿Que anhelo da fuerza a sus pies? Al ver hacia atras, un mar que se cierra. De frente, arena y solo arena. En el horizonte, un atardecer, el ocaso. En el suelo, senderos dificiles, escabrosos y precipitados. Y hacia los lados... ellos, los caminantes que tropiezan... animados solo por una esperanza, un sueño ... una promesa. ¿La garantia?: La naturaleza misma la da".