Señores, el 2015 … "es" .

Y desde la profunda meditación respecto al significado del "ser", les deseo un feliz 2015 desde las australes tierras chilenas, hasta El Salvador y el mundo, extrañando como nunca a mi familia y amigos en esta fecha tan especial. Haciendo un paréntesis: (………), es curioso ver cómo la línea del tiempo se come al mundo y pensando en esto pues me doy cuenta que este 2014 me queda debiendo 3 horas, puesto que inicié el año en El Salvador y lo termino ahora en Chile, con tres horas de adelanto y por ende, tres horas menos. ¡Cuánto se puede hacer en 3 horas! Aunque conociendo los antecedentes, probablemente las hubiera procastinado. En fin, ¡que este próximo año sea lleno de significado, metas cumplidas, felicidad y mucha creatividad! ¡Que las entradas a mi blog se multipliquen en cantidad y calidad! Y pues, gracias por la paciencia ...

El color de la Navidad

Son estas fechas las que nos hacen ponernos melancólicos, sobre todo al recordar aquellas navidades de nuestra niñez, tan llenas de colores, alegría, ilusión, regalos y demás. ¡Cuánta fantasía entonces! O al menos, así lo fue para mí. Pero meditando en esto surge la pregunta válida, ¿qué será lo que les pasa a los adultos que se vuelven grises? ¿Hormigas obreras? _ ¡Bah, problemas de adultos!; dirán por ahí. Sin embargo, son estos problemas de adultos, el ocuparse por la vida real o bien aquello que otros llaman 'las preocupaciones de la vida', lo que en su conjunto pueden llegar a que la sal deje de estar salada, a que el color gris predomine en nuestras vidas, y esto se traduce en tedio. Afortunadamente, en medio de tantos sentimientos encontrados, la Navidad sigue siendo y lo será en este 2014, una fecha muy especial en mi vida, a pesar de ... 

1. Ser la primera Navidad de mi vida que pasaré en un país que no es el mío.
2. Ser la primera Navidad de mi vida que pasaré lejos de mi familia.
3. Ser la primera Navidad de mi vida que pasaré lejos de mis amigos de toda la vida.
4. Y más fuerte que las anteriores, ser la primera Navidad de mi vida que pasaré sin mi abuela paterna, mi MamáChula.

Pero la Navidad es fe y esperanza. ¡Cuánto me enseñó mi abuela respecto a esto, sin tan siquiera hablarme alguna vez de ello! ¿Cómo me lo enseñó? Pues con signos. En un post que escribí hace exactamente un año relato acerca de esto (Navidad y viejas tradiciones); acerca de cómo el signo tan sencillo y alegre del 'nacimiento', es capaz de tocar el corazón. Y pues, parte de mi alegría entonces en mi niñez era también ayudarle a colocar dicho nacimiento a mi abuela, el cuál una vez ya finalizado podía ser tan surrealista como tradicionalista, pues bien podía en él codearse desde Batman, Peter Pan y Superman allí, entre medio de los pastores y ovejas, conjunto a los reyes magos, y de fondo un dinosaurio; pero al final todos convergiendo y reunidos hacia un eje central, el Belén, el nacimiento del Niño Dios. ¡Cuántos recuerdos y qué simpático era! Silenciosamente, había comunicado un mensaje. Silenciosamente, ese mensaje hace que esta Navidad adversa ya no sea tan gris del todo. ¡Y con cuánta alegrías y carcajadas vivía mi abuela estos días! ¿Será que no tenía motivos de estar triste? ¿Será que nunca tuvo motivos para tornar grises las navidades de su vida? Pues quiero indagar en esto en retrospectiva, desde el papel de un nieto que ha escuchado los testimonios, no como téstigo presencial de los eventos ...

1. El año en que murió su primera hija aún siendo una bebé. ¡Qué Navidad más triste tuvo que ser esa!
2. El año en que murió su segunda hija, siendo una niña de tan solo 7 años. ¡Qué terrible Navidad tuvo que ser esa!
3. El año en que casi muere soterrada durante un terremoto, dicho sea de paso en el cual murieron amigos y conocidos suyos y de paso perdió su casa, un 20 de diciembre de 1936, a solo 5 días de la Navidad. ¡De pesadilla!
4. El año en el que murió mi abuelo, un 3 de Enero, en el marco también de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. ¡Qué golpe!
5. Y demás decir de los años de enfermedades en sus hijos, problemas y demás adversidades, propias de la vida.

Motivos suficientes tenía para que sus navidades se tornasen grises. ¡Pero no! Fueron navidades heroícas, llenas de buen humor, fiesta y calor de familia. Así que siguiendo este ejemplo, hoy día con el 25 de diciembre ya encima, mejor busco salir de mi 'ensimismamiento' y me remito a recordar cuál es el verdadero significado de estas fechas; tener presente que soy creyente, que mi esperanza no es de este mundo y que he tenido la bendición también de tener un buen y admirable ejemplo, el de mi abuela, quien con signos sencillos me supo transmitir una alegría que es capaz de producir vida, una alegría de esas que solo se vive en familia y que se guarda en el corazón. 

¡Feliz Navidad, estimados!