Quiero
empezar el blog éste 2013 (ya estamos viejos … :O … ) agregando un nuevo topico
a la dinámica. Entre los topicos anteriores o segmentos ya existentes, tenemos
'apreciación musical a lo post-mortem' y 'un pensamiento nomás'. Ahora me tomo
la libertad de hacer unos pequeños 'ecos' sobre algunos fragmentos literarios
que han impactado mi debil y susceptible mente acerca de las lecturas que recientemente
he estado realizando, y adivinen … ¡sí!, el nombre del tópico es 'Ecos'. Y
bien, he tenido la dicha de incursionar en el interesantísimo mundo de la
lectura de cuentos, cuyo exponente quién me mantiene mayormente ocupado en este
momento es el estadounidense Edgar Allan Poe. Todo el fragmento que
copiare en este se corresponde a el pocas veces mencionado, 'Coloquio entre
Monos y Una'. A decir verdad, es ese idealismo en pos de un mundo inmaculado,
esa exaltación de la naturaleza y el paisaje que Monos refleja en su
conversación con Una, el fragmento específico que ha llamado mi atención y
considero es una lectura obligada de quién se considere ambientalista, buscador
de la verdad o amante de la justicia, lo correcto y lo perfecto. Ideal para aquel que se considera alternativo, viniendo desde lo indie hasta rebelde. Perfecta lectura para quién en el siglo XIX hubiése sido llamado un romántico de las artes. Rebelde e idealista, pesimista y esperanzador; Edgar Alla Poe hace una crítica a la ya contaminada mentalidad de la sociedad; crítica hecha hace ya más de un siglo y que hoy día encuentra mucho sentido. Como exponente de este movimiento literario que abarcó desde los siglos XVIII al XIX, el romanticismo, el cuentista sabe plasmar bien su espíritu:
"Provocada prematuramente por excesos
de ciencia se acercaba la vejez del mundo. Es lo que la masa de la Humanidad no
veía, o lo que, viviendo con vigor, aunque sin felicidad, fingía no ver. Pero,
para mí, los fastos de la Tierra me habían enseñado a considerar la ruina más
grande como precio de la más alta civilización. Me había yo saturado de la
presciencia de nuestro destino al comparar la China simple y paciente con
Asiria la arquitectónica, con Egipto astrólogo, con Nubia, más astuta que las
anteriores, madre turbulenta de todas las Artes. En la historia de esas
regiones encontré un rayo del Futuro. Las artificiales individualidades de las
tres últimas eran enfermedades locales de la Tierra, y su derrocamiento
individual se ha debido a la aplicación del remedio local; pero para el mundo
infectado en grande no veía yo por anticipado regeneración más que en la
muerte. Ya que el hombre como raza no podía extinguirse, vi que debía renacer.
Y era entonces, mi más bella y amada, cuando envovíamos nuestros espíritus
diarios en los sueños. Era entonces cuando discurríamos en el crepúsculo sobre
los días por venir, cuando la superficie de la Tierra cicatrizada por el Arte,
habiendo sufrido esa purificación que sólo podía borrar sus rectangulares
obscenidades, quedaría vestida de nuevo con el verdor, las colinas y las
sonrientes aguas del Paraíso, y volvería a ser al fin una morada adecuada para
el hombre: para el hombre depurado por la Muerte, para el hombre cuya
inteligencia ahora exaltada, no encontraría ya un veneno en la ciencia, para el
hombre redimido, regenerado, bien aventurado, ahora inmortal, aunque todavía
material."
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