Self ...

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domingo, 10 de septiembre de 2017

¡Renacer!

Más de un año desde mi última vez asomado a esta ventana del yo interno. Un blog quizá de autodefinición. Pero ... ¿renacer? ¿De qué exactamente?



Ha sido todo un periodo de transición desde 2015 hasta 2017. Pues bien, el regreso a El Salvador ha sido un proceso lento. Abandonar un país a donde se deja el corazón, amor y amigos; lugar que fue hogar por 6 años. No, no es un proceso fácil y de tomar a la ligera, sobre todo cuando este lugar definió una parte profunda de mí. Después de esa larga estadía en el sur, puedo decir, ¡soy mejor persona! Quizá. Un motivo de alegría, sino ... pero un dolor separador que supone dejar atrás personas, experiencias, lugares, cosas ... es decir, contexto; y regresar entonces a un contexto viejo conocido, pero con él un panorama ya distinto. 

- El mundo se ha movido. - Una de mis frases favoritas para explicar muchas cosas.

Y sí, el mundo se ha movido. Ya después de 6 años, que para algunos puede parecer una nimiedad, pero muchas cosas han cambiado. Y si a eso sumamos un tipo de personalidad tanto insegura, tímida, nostálgica y en constante búsqueda de sí, pues también es un revés dicho regreso.
¿Y dónde están los amigos de entonces? Esa misma pregunta me hago al regresar. Y es que el mundo se ha movido desde aquel ya lejano 2009 cuando deje todo atrás, lanzándome a la aventura de un nuevo vivir. ¡Es que el tiempo ha ido demasiado rápido! Sin embargo es agradable aún ver caras conocidas, que a pesar de la distancia siempre estuvieron presentes. Hay amigos de esos que no se van, y otros que lo fueron y ya solo queda el aprecio del recuerdo. De ello puedo estar agradecido. Sin embargo, sigo nostálgico del sur ... del amor de allá, de los amigos, la experiencia; en definitiva del contexto. Hasta la cordillera con su elegancia, dice la canción y es cierto, cura la visión con su elegancia. 

¡Y es que yo cambie! Y recuerdo muy bien antes de regresar, constantemente repetirme, y aún ya estando acá lo hacía: _ No quiero olvidar.  _ No quiero desaprender lo aprendido. 

La sensación de regreso en El Salvador es como de apego y desapego. No soy de aquí ni soy de allá ... pero poco a poco todo se asienta con tranquilidad. Creo que voy superando la prueba. En el horizonte a futuro igual hay tonos grises que contrastan con prometedoras promesas por la cuales sé que debo luchar por alcanzar. Mientras eso pasa, aún me esfuerzo por renacer de mis cenizas y no es fácil. ¡Es que ya no soy el de antes! Y en medio de mi torbellino hice daño a personas valiosísimas ... y hasta de ello aprendí. Pero estoy claro de esto, algo dentro de mí cambio. Por un tiempo sonreí menos, pero ahora poco a poco re-aprendo de esta nueva etapa. Hay que seguir.

Como dice la canción, siento que no es mi hogar.-

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