Self ...

Self ...

jueves, 10 de diciembre de 2015

Pistas en el camino


          Supongamos que yo me encuentro en medio de un vacío, una soledad absoluta de fondo blanco. Lo único con lo que cuento es con mis ojos, mi pensamiento y recuerdos. Supongamos que busco y busco y busco; que en medio de ese vacío absoluto tan abrumador, tan blanco, de tanto buscar un 'algo, un 'no se qué', no soy consciente de si avanzo o retrocedo, pues el todo que es uniforme y homogéneo, blanco perpetuo, envuelve mi percepción. Supongamos que busco y busco 'algo', y que de a poco vislumbro ante mí una hoja. ¡Una hoja de arce! He encontrado una hoja, por ende, ¿puede decirse que he encontrado un arce? ¿Puede decirse que de pronto ha de desvelarse ante mí un árbol? ¡Eureka!, he encontrado un árbol.

Momento ...

He encontrado una hoja, no un árbol.

     
 
    Supongamos de nuevo que yo sea un ferviente creyente del absolutismo moral. Creo que hay un orden que tiende hacia la bondad absoluta y que ello establece que hay una ente moral abstracto o no, que rige el cosmos. Si yo, como defensor de esta postura, al meditar sobre este absolutismo ético que menciono, uno que rige sobre todas las cosas y todos los seres desde una perspectiva humana, algo parecido a lo que sostiene C.S. Lewis y que él llama La Ley de la Naturaleza Humana; sea capaz de vislumbrar de fondo la autoría de una mente, una que deja ver un diseño que rige el cosmos con iniciativa, autonomía y benevolencia. ¡He encontrado una hoja de arce! ¿Puedo inferir a partir de estos hechos que he encontrado un ser? ¿Una mente? ¿Una persona que posea tal mente?

Tal vez. Quizá sea el caso que hemos vislumbrado un árbol completo, no solamente una hoja. De lejos vemos el árbol, porque una de sus hojas ha volado hasta nuestros ojos. De lejos, vislumbramos a un ser. ¡Pensamiento lógico-resolutivo!



     

No hay comentarios:

Publicar un comentario